sábado, 2 de septiembre de 2023

Morir de pie

¿Cómo actuar ante la muerte de un pariente, si la muerte es repentina e indignante o lenta y penosa?; el pensar, sentir y accionar será una decisión turbulenta, que obstaculizará nuestro sentido común e intuitivo ante tremenda experiencia de vida.

Copié y pegué la pregunta en un motor de búsqueda de un navegador en Internet. Las respuestas variaron: ¿cómo sobrellevar la pérdida?; llamar al servicio de emergencia 911; dónde realizar los trámites y gestiones. Este último es una gestión burocrática legal. Lo primero que noté: debía solicitar un acta de defunción, en las primeras 24 horas tras el fallecimiento de la persona, en una oficina del Registro Civil que corresponda a mi parroquia o domicilio, donde se me entregarán un formulario, el cual deberé rellenar con los datos requeridos. Antes tengo que presentar una serie de requisitos: original y copia de la cédula del fallecido; certificado médico de defunción, el cual es emitido por el médico al momento del fallecimiento de la persona; original y copia de la cédula del solicitante; original y copia de la cédula de dos testigos mayores de edad. Esta solo podrá ser solicitada por familiares del fallecido, de hasta el tercer grado de consanguinidad (tíos o bisabuelos) o primer grado de afinidad. De la misma manera, si es la pareja sentimental del fallecido o concubino del mismo, o cualquier persona que posea autoridad policial o médica y sea testigo del fallecimiento, puede realizar también esta solicitud.

En la página web específica lo siguiente: «El acta de defunción es plenamente ordenada por el Reglamento del Registro Civil, así que este es requerido al momento del enterramiento o la incineración del cadáver y, de igual modo, para las preparaciones fúnebres. Asimismo, goza de plena legalidad, lo que quiere decir que es solicitado para algunos actos jurídicos, como el reclamo de la herencia, la pensión o el seguro de vida. Y también para gestiones y trámites bancarios, por ejemplo, si quieres solicitar el dinero de un familiar fallecido».

Creo que no aclaran por ningún lado que el primer documento que debo consignar, ocurrido el fallecimiento, es un certificado médico de defunción, expedido por un médico. ¿En cuánto tiempo me entregan este documento sin que sea penosa la espera? Dicen los abogados que la inscripción de defunción se considera legalmente urgente y son hábiles todos los días y horas del año para practicarla.

En Venezuela, cada persona fallecida deberá ser notificada ante los entes competentes: el Registro Civil, el Consejo Nacional Electoral o, en caso de que el fallecido sea extranjero, el consulado del país correspondiente.

Ahora me pegunto, qué puedo hacer si no tengo una póliza de seguro de vida o recursos para tramitar los servicios funerarios como: funeraria, féretro, velorio, sepelio, cremación o entierro (sí poseo el terreno en un cementerio). Por el alto costo de estos servicios en mi país, rendir los honores para despedir a un ser querido requiere mucho dinero. Continué con la investigación en la red.

Como siempre arrojó una solución razonable, con sentido de responsabilidad: «Los planes de funeraria pre-pagados le proporcionan a la gente una manera de pagar sus arreglos funerales antes de que fallezcan. Es para personas que desean evitar que sus seres queridos tengan que tomar decisiones y experimentar estrés financiero durante el tiempo de duelo». Lo malo, por ningún lado especificaba precios. Te invitan a llamar o asistir a sus oficinas para hablar de sus ofertas. Hasta parece una estafa.

¿En mi país es posible darle sepultura a un familiar de bajo recursos? Desconozco si existe un decreto constitucional donde la gobernación, el municipio o la alcaldía incluyan un presupuesto o partida necesaria para la inhumación de cadáveres de personas pobres. Esta ayuda debería incluir como mínimo: la recogida y preparación del cadáver, el ataúd, la velación y un nicho en el cementerio de la ciudad o la cremación. El problema vendría del baremo que se acepté para determinar quién tendrá derecho al servicio gratuito.

¿Será legal saltarse los servicios funerarios e ir directo a la cremación? A lo mejor, desde lo moral y cívico no lo sea, pero así nos ahorramos dinero y haríamos lo que se nos antoje con los restos de nuestro ser querido.

Morirse supone una doble carga: el luto y la necesidad de tener importantes recursos para costear todo lo relacionado con el entierro. Pero ¿qué sucede si esa persona no deja recursos y su familia tampoco los tiene? Un dilema aún más dramático: ¿qué pasa si quien fallece es tu propia madre y no tienes dinero para costear el entierro? Mi madre, 90 años, y yo, 56 años, estamos solos.

Cuando quede solo y fallezca sin familia conocida y sin respaldo económico, quién retirará mi cuerpo, en qué caja me depositarán, y en dónde me enterrarán sin causarle molestias a nadie. Personas solidarias existen. Mi obituario diría: «Morir de pie era su último deseo, por esos sus restos descansan en paz debajo de un hermoso árbol».

domingo, 26 de diciembre de 2021

Caimán y Conejo

—Mira tetero piche, ¿qué te regaló el niño Jesús? —preguntó Yansel, alias el Conejo, un niño de ocho años de edad.

—Una revolver con cinco cajas de balas —dijo Wilkerman, alias el Caimán, un niño de siete años de edad, y añadió—: ¿Y a ti que te trajo?

—Nada…

—¿Qué pasó?, bate chicha.  ¿Cómo te portaste este año?

—Yo me porte bien…

—Error convive. Sin mala conducta no hay regalos en Navidad.

—¿Cómo es eso?, Caimán.

—En dónde vives tu Conejo. Si no mientes, robas o matas no eres nadie.

—Y tú eres el único marico que se cree lo del niño Jesús…

Estas fueron las últimas palabras del Conejo, el único menor que se portaba bien en el barrio.

martes, 6 de julio de 2021

¿Es «Efímero tropiezo» una fábula?

¿Qué es una fábula? «Es una composición literaria narrativa breve, generalmente en prosa o en verso, en la que los personajes principales suelen ser animales o cosas inanimadas que hablan y actúan como seres humanos» Nació en Oriente, concretamente en la India, con un afán didáctico o de enseñanza para educar a los hijos de los nobles e infundir en ellos valores y virtudes que les ayudaran a convertirse en gobernantes. Actualmente, han sido reducidas, por la «cultura popular»,  con un velo infantilista, pero las modernas y contemporáneas no tienen ese objetivo (moralizante) e incluyen, entre otras características, el sarcasmo, la ironía y la crueldad.

La fábula contemporánea tiene: brevedad, humanización, unidad de acción, moraleja o cosmovisión, humor/ironía/sarcasmo/cinismo y  complejización de la prosa. Centraré mi exposición en la cosmovisión: la manera en que el autor ve el mundo y expone una idea, pero no expresa directamente una moraleja. Efímero tropiezo ha sido criticado por tener un aire más cosmogónico que de cosmovisión, porque el autor desarrolló su tema central sobre el fenómeno de un eclipse de luna. ¿Qué quiso decir la crítica con cosmogónico?: «…que parece un mito ancestral sobre el origen del eclipse. Es decir, el texto trasciende las intenciones más "domésticas" de una fábula simple».

En algunos casos ha sido catalogada como una hermosa metáfora de un eclipse. Pero luego se contradicen en su exposición argumentando que «no es que no pueda ser una fábula. Puede funcionar como tal». El texto es breve; humaniza a los personajes; tiene complejización de la prosa; no arroja ninguna moraleja al final; pero no la categorizan con exactitud dentro del género fábula. No hay nada más odioso que la clasificación de géneros, sobre todo cuando sus fronteras a veces desaparecen.

El texto Efímero tropiezo es un plagio. Fue un regalo que Jorge Luis Borges hizo a mi tío Carmelo Castillo Rodríguez. Este necesitaba reconciliarse con una mujer que lo había traicionado con su mejor amigo, el escritor venezolano José Pulido. Mi tío sufría del peor analfabetismo, sabía escribir y leer pero nunca leía ni escribía. Conoció a Borges la única vez que el poeta y escritor argentino visitó Venezuela en 1982, durante el gobierno de Luís Herrera Campins. Fue invitado a participar en una serie de conferencias de la Fundación Cívitas que dirigía el Prof. Manuel Jacobo Cartea. 

El hombre de la izquierda en la foto es el periodista y escritor José Pulido, quien en esa época era reportero de El Nacional. Borges, en el centro, fue al club Los Cortijos para presenciar una jornada de toros coleados. En ese año Borges estaba ciego, siempre acompañado de su inseparable María Kodama, a la derecha de la foto. Mi tío de lentes detrás de Borges, socio del club, aprovechó la oportunidad para conocer al escritor argentino y confesarle sobre la traición que sufrió de su mejor amigo Pulido. Borges sacó un papel doblado de su chaqueta. «Tenga usted este manuscrito de una fábula que a mí no me gusta», dijo Borges y añadió: «Puede usted regalárselo a su amiga como de su autoría». Mi tío nunca logró la reconciliación con la ex novia y siguió siendo un analfabeta a pesar de saber leer y escribir. José Pulido huyó a Italia para evitar la coñaza que Carmelo le ofreció. Al final, logré recuperar el manuscrito. Ahora firmo como autor de la fábula, pero sin tener «guayabo» alguno con ninguna jeva.

¿Es entonces Efímero tropiezo una fábula? La respuesta es afirmativa, porque lo dijo Borges, el autor del texto. ¿Es esto argumentación por autoridad?